AYUYÁNDONOS DE LA
INFORMACIÓN PUBLICADA EN LOS MEDIOS…
Para no hacer muy
extensa la reflexión referida al “affaire”, señalaremos los modos de comportamiento
llevados a cabo por dos regidores pertenecientes a la misma formación política:
El alcalde de Tarragona, el socialista Josep Félix Ballesteros, en cuanto ha
surgido ha comparecido con un documento en la mano para explicar que él nunca cobró
ni un sólo euro mientras fue vicepresidente de la Federación Catalana de
Municipios. “No lo vi claro desde el principio y lo rechacé”. Se desvincula así
de la lista de 44 alcaldes que habrían cobrado unos 200.000 euros conjuntamente
por dietas y desplazamientos.
Al asegurar que el
escándalo no le implica, ha dicho: “Tomaré acciones legales contra aquellos que
sigan insinuando que he cobrado dietas.” El socialista también ha añadido: “Me
molesta que se ponga a todo el mundo en un sólo paquete”, en referencia al
hecho de que el documento implica a alcaldes de todos los partidos.
Ballesteros ha
especificado que renunció a estas dietas desde el primer momento en llego al organismo:
“Me dijeron que había un sueldo por asistencia a reuniones y kilometraje, pero no
lo acepte porque aprovecho los desplazamientos para reuniones y encuentros por mi
trabajo de alcalde y voy con el coche del Ayuntamiento.” De hecho, el alcalde de
Tarragona ha afirmado: “No recordaba que había renunciado…, ha sido mi jefe de gabinete quien
me ha recordado que no quise dar mi número de cuenta.”
Por su parte, la
Alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marín, vicepresidenta de la Federación
Catalana de Municipios, ha explicado que, como el resto de alcaldes,
interpretaban que las retribuciones que cobraban respondían a la
responsabilidad y trabajo que desarrollaban en la FMC, "igual que se hace
en otras instituciones como la Diputación de Barcelona, en los consejos
comarcales y en tantas y tantas administraciones". Ha explicado que el
lunes tuvo conocimiento del informe que recogía que las dietas tenían que ser
justificadas, lo que no hacía ningún miembro de la entidad, y que si lo
hubieran sabido antes habrían actuado como correspondía.
Ella, entre algunos otros
alcaldes, se siente desconcertada e indignada porque una organización como la
FMC debe trabajar en base a la legalidad. “No conocíamos ningún informe ni
requerimiento que cuestionara el sistema de percepciones". "Tengo la
conciencia muy tranquila desde el punto de vista personal. Para mí ha sido toda
una sorpresa".
Después de que la
gestora de su partido (tras confiar en que no ha habido ánimo de ilegalidad)
haya instado a los socialistas recaudadores de percepciones “opacas” a
“consignar” los importes cobrados de los supuestos sobresueldos de la entidad
hasta que acabe la investigación, el 2 de julio, la alcaldesa de l’Hospitalet,
Nuria Marín, reintegró, mediante un talón nominal a favor de la FMC (tras el
dictamen de la entidad que estableciera que las cantidades percibidas tenían la
consideración legal de avances de gastos que hay que justificar, en vez ser
consideradas dietas para atender a su responsabilidad como vicepresidenta de la
FMC y presidenta de la Comisión de Economía.) todas las cantidades que había
recibido en este concepto de dietas por su importe íntegro --14.434,80 euros
brutos durante 2011 y 2012-- y que, según Marín, está incluido en sus
declaraciones de Renta de los correspondientes ejercicios.
Aparte de que este
nuevo affaire pueda llegar a desembocar, a la larga, en uno más de esos farragosos
chanchullos “politiqueros” de los oiremos hablar hasta la saciedad sin que, al
final, se aclare nada, podría ser una buena ocasión para reflexionar (una vez
más) sobre el sueldo de nuestros políticos, un tema que ni ellos mismos
controlan, como se deduce del hecho de que la propia Vicepresidenta de una
entidad no supiese lo que cobraba (o al menos por el concepto por el que lo
hacía) siendo además presidenta de la Comisión de Economía del citado órgano,
derivando, al destaparse el problema a órganos administrativos/funcionariales
designados por los órganos rectores/políticos formados por cargos electos.
A mí me nombran al
más alto nivel de una institución; yo nombro por debajo de mí a un escalón de
funcionarios para que manejen la burocracia del ente, siempre, claro está bajo
mi control y asesoramiento. Un día me llega un sobre cerrado con una asignación
dineraria dirigida a mí y, sin reflexionar sobre ello, me lo meto en el
bolsillo en la creencia de que el entramado funcionarial marcha bien engrasado
y, dando por justo, que esa retribución me corresponde en puridad… ¡¡¡AL
SACO!!!
¿No soy acaso un cargo elegido por el pueblo…?
¿No estoy, por ventura, al servicio del pueblo? ¡Pues que el pueblo me compense
por los sacrificios que por él hago?
Más de 77.000 €
anuales en concepto de alcalde; 27.000 € por estar adscrito a la Corporación a
la Autoridad Metropolitana y más de 14.000 € por pertenecer a la Federación…
Total: Unos VEINTE MILLONES DE PESETAS,
Renuncio, para no
ser cruel, a indicar aquí el sueldo medio que gana en España un obrero, un
taxista, un vendedor, un funcionario, un enseñante, un catedrático, un cirujano,
etc., etc.
La reflexión final
sería: ¿Qué tipo de control llevan nuestros políticos sobre sus cuentas
dinerarias? ¿Aceptan de antemano las remuneraciones que obtienen por el ejercicio
de sus cargos públicos o se limitan a admitir en sus cuentas todas las
aportaciones que a ellas llegan sin la más mínima revisión crítica?
Se supone que las personas con cargos públicos deben tener un nivel tal de conocimiento como para llevar el buen control de los sueldos que reciben, y que, de no ser así, tienen las necesarias disponibilidades para que personas expertas contratadas por ellas estén al tanto de la evolución de sus caudales, sobre todo, habiendo visto ya que el despiste por amor no tiene una buena salida legal.
Se supone que las personas con cargos públicos deben tener un nivel tal de conocimiento como para llevar el buen control de los sueldos que reciben, y que, de no ser así, tienen las necesarias disponibilidades para que personas expertas contratadas por ellas estén al tanto de la evolución de sus caudales, sobre todo, habiendo visto ya que el despiste por amor no tiene una buena salida legal.
De aquí a que lleguen
las próximas elecciones, el común de las gentes (el pueblo llano) deberemos
estar ojo avizor para detectar todos los “chanchullos” que organizan en su
favor aquellos que nos dijeron que les eligiéramos porque iban a “luchar por
nosotros”, pero que en definitiva sólo han procurado por sus haciendas y por
las de sus amigos.
Puede que hasta
ahora nos hallan engañado y que haya sido por culpa de ellos, pero si a partir
de ahora nos dejamos engañar… SERÁ POR CULPA NUESTRA.